El epicentro de la lucha contra el coronavirus

Dentro del gabinete de crisis de Moncloa: Sánchez resiste junto a sus 4 pretorianos

Pedro Sánchez e Iván Redondo
Pedro Sánchez e Iván Redondo
EFE

Pedro Sánchez está viviendo la crisis del coronavirus acompañado en todo momento de su equipo de cuatro pretorianos. Es el núcleo duro de Moncloa, sus asesores de más confianza ante cualquier situación, pero que en este caso están trabajando aún con mayor intensidad si cabe en el epicentro de la lucha contra la pandemia. Se trata de Iván Redondo, jefe de gabinete; Francisco Salazar, su adjunto; Félix Bolaños, secretario general de Presidencia y 'cerebro' de la exhumación de Franco; y Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación. Vicepresidentes y ministros, por su parte, aparecen por un complejo casi vacío de forma diaria o hablan con él por teléfono. Así se están viviendo estos intensos días en la sala de máquinas del Gobierno.

Moncloa es durante estos días un solar. Accesos muy restringidos, seguridad sanitaria máxima, apenas una decena de periodistas de televisión apostados en el acceso del edificio del portavoz. "Tranquilidad absoluta", cuentan los trabajadores del complejo donde el helicóptero presidencial lleva más de una semana sin aterrizar. Pero esta tranquilidad se ve alterada en tres puntos donde la vorágine está siendo máxima: el despacho del presidente, el edificio de Semillas, conocido como el 'ala oeste de Moncloa', y la Secretaría de Estado de Comunicación, desde donde se están retransmitiendo todas las ruedas de prensa y otros eventos internos por vídeoconferencia. 

En este ambiente Sánchez está viviendo el mayor reto de su carrera. Su vida política, y también personal, se va a ver marcada por el coronavirus. Nadie se podía esperar un 'shock' tan potente y repentino como el que está viviendo el país. La crisis económica, el referéndum independentista de Cataluña y el 155, la moción de censura, el desahucio que sufrió de la Secretaría General del PSOE... Cualquier evento se queda en anécdota comparado con lo que está pasando el Gobierno de coalición. El gabinete presidencial es consciente de que Sánchez se la juega en esta crisis y que la respuesta sanitaria, económica y social que ofrezca a los españoles marcará su futuro, para bien o para mal. Por eso su equipo le está protegiendo, para no 'quemarle' en una situación que se va a prolongar varias semanas.

¿Cómo está Sánchez? "Bien, tranquilo y a la vez preocupado", explica un colaborador. "Su obsesión ahora es dar la vuelta a la curva de contagios", cuenta otro. El presidente dispone de información constante que le hace llegar Salvador Illa, ministro de Sanidad. A esta situación ya complicada de por sí hay que añadir sus circunstancias personales. Su mujer, Begoña Gómez, dio positivo y está obligada a mantener una cuarentena. Moncloa se niega a ofrecer información sobre la familia, pero sí reconocen que el servicio médico personal del presidente mantiene la situación bajo control. Sánchez, por cierto, ha tenido que interrumpir su rutina habitual de entrenamiento matutino en El Pardo para ahora, cada día, presidir la reunión de seguimiento de la situación.

El carácter de Sánchez: frialdad y distensión

Hay quien también destaca durante estos días del presidente del Gobierno la "frialdad" con la que está actuando a la hora de interlocutar con su equipo de colaboradores en un momento de máxima tensión. Va en su carácter y así lo ven en su entorno. Si a Felipe González se le conoció por su carisma y a José Luis Rodríguez Zapatero se le puede definir con la palabra talante, Sánchez puede parecer en ocasiones un témpano de hielo, dicen quienes trata con él. Todo ello, claro, dentro de la preocupación lógica por el continuo aumento de muertes e infectados.

"Es un dirigente curtido en batallas y estos días se está demostrando", relatan desde el 'core' de Moncloa. Ocurrió lo mismo cuando fue apartado del PSOE o cuando tuvo que entregar el acta de diputado (en ese momento, no obstante, sí se le pudo ver afectado). Cuentan estos colaboradores que el jefe del Ejecutivo no se ha alterado en ningún momento con sus allegados, a pesar de la situación crítica, y que incluso ha tenido gestos de distensión en algún consejo de ministros o reunión interna en Moncloa. 

Cuidado máximo de los mensajes oficiales

El equipo de pretorianos también está cuidando los mensajes que salen de los diferentes ministros y técnicos. La crisis del coronavirus es también una batalla de comunicación y de eso se está encargando Iván Redondo, el 'spin doctor' Pedro Sánchez, esa persona que se tiraría "por un barranco por su presidente", tal y como le dijo a Pablo Iglesias en su programa de 'La Tuerka'. Él es el autor del mensaje que ya ha pronunciado Sánchez en varias ocasiones: "Haremos lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta". Y ayer, en la comparecencia en 'prime time', quiso presentar a su jefe como un hombre de Estado. A pesar de las críticas se pudo ver claramente cuál era el objetivo de esa media hora larga de intervención.

El jefe de gabinete instruye y lanza mensajes sobre lo que hay que transmitir a los diferentes comparecientes que van pasando por la sala de prensa de Moncloa. A veces se le ve, pero otras no. Con el presidente el cuidado es especialmente superior. Y es que detrás de una mensaje leído hay una preparación del mismo que puede llevar horas o días para el gabinete presidencial. Por eso las comparecencias de prensa se están retrasando tanto. El objetivo es proteger a Sánchez, cuidar su imagen en una carrera de fondo que no ha hecho nada más que empezar. Incluso está innovando, como quedó demostrado el martes y ayer al cerrar el plano en la comparecencia del presidente para anunciar las medidas económicas o la activación de la industria nacional. Con ello consiguió centrar la atención en su rostro:

Sánchez y sus cuatro pretorianos están durmiendo poco y tomando decisiones que jamás se imaginarían. Cada día es un 'Vietnam'. Los decretos que han salido del consejo de ministros son prácticamente un milagro. Más si cabe el del estado de alarma, que obligó a Moncloa, en general, y a Félix Bolaños, en particular, a emplearse a fondo. Todo esta siendo redactado prácticamente sobre la marcha, de ahí que en ocasiones las resoluciones que se publican en el BOE precisen algunas matizaciones posteriores para garantizar la seguridad jurídica de la norma.

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Manuel de la Rocha, el asesor económico de Sánchez

El equipo de asesores de Pedro Sánchez se completa con su principal asesor económico en Moncloa. Se trata de Manuel de la Rocha, director del Departamento de Asuntos Económicos, un órgano de asesoramiento directo del presidente en la materia que le informa de todo lo que está a su alcance. Iván Redondo decidió tras la formación del Ejecutivo de coalición dar un giro a este departamento e impulsarlo. Fue una de sus primeras decisiones tras la investidura para disponer de un equipo de 'inteligencia económica' propio e independiente en Presidencia.

Dos consejos de ministros de infarto con Pablo Iglesias

En cuando a los cónclaves internos a puerta cerrada, Sánchez ha vivido ya dos consejos de ministros de infarto. El primero, el de hace dos sábados, donde Pablo Iglesias estuvo, convocado por el presidente, para reclamar medidas económicas urgentes. Eso provocó la implicación de Sánchez, que en un primer momento se posicionó junto a Nadia Calviño, cortando al vicepresidente segundo para dejar claro que el segundo plan de choque social iba a aprobarse unos días más tarde. El segundo encuentro también fue complicado, con la moratoria sobre las hipotecas sobre la mesa y la victoria de Unidas Podemos, cuyos ministros están peleando medida a medida con insistencia ante una parte del Ejecutivo que no comparte sus tiempos.

El gabinete presidencial también vivió momentos de tensión esta semana con motivo de la primera comparecencia de Pablo Iglesias desde Moncloa. Iván Redondo y su equipo querían dejar a un lado las diferencias expresadas en los dos últimos consejos de ministros. Pero el líder morado se preparó su intervención a conciencia, la leyó y dejó claro ante la cámara que su papel en el Gobierno de coalición no iba a ser figurativo. Destacó el "escudo social" aprobado para los más necesitados y dijo que nadie se iba a quedar atrás en este crisis. Sigue peleando, como decimos, medidas de impacto que se prevén apoyar en próximos días.

El debate interno en este momento se centra en los tiempos. Ahora el trabajo de Sánchez y sus pretorianos está enfocado a paliar los daños sanitarios, en primer lugar, y económicos, explican fuentes de su entorno. Luego, una vez que los servicios sanitarios estabilicen la situación, Moncloa cree que llegará el momento de pensar en estímulos para la economía. Pero aún queda tiempo para eso. Prioridad en ese momento: conseguir que el crecimiento tras el batacazo sea en forma de 'uve', algo que no parece que vaya a ser sencillo ante un escenario de economía de guerra. La artillería pesada, por tanto, se está reservando para el futuro. La clave es acertar con las medidas, tanto en el contenido como en el tiempo para que España pueda volver al crecimiento. 

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