Inversores en 'corto'

Wirecard, Dia... Cuando el villano bajista es el héroe que detecta fraudes en bolsa

El estallido millonario del neobanco alemán se produce tras un lustro de denuncias de irregularidades de varios inversores y una férrea defensa por parte de los supervisores a una empresa que parecía inmune.

Escándalo en la firma
Markus Braun, el gurú detrás de Wirecard.
DPA/Europa Press

"Si en Alemania se hubiera hecho caso a los bajistas, probablemente, el fraude de Wirecard se hubiera identificado". Sebastián Albella, presidente saliente de la CNMV, ha vuelto a destacar el papel de los inversores en corto o bajistas como sensores naturales de las empresas con problemas ocultos y tapados a los ojos de los reguladores, auditores y, sobre todo, pequeños inversores. Para el público generalista son los villanos de los mercados porque ganan con las caídas de las cotizaciones... cuando la mayoría pierde. Pero para una minoría como Albella son héroes por los accionistas a los que han ayudado a encender las alarmas, vender a tiempo y salvar su patrimonio.

Las alabanzas del jefe de supervisión de los mercados españoles hacia los inversores profesionales que invierten a la baja contra empresas cotizadas no son nuevas. Se iniciaron en voz baja con la negativa de la CNMV a vetar los cortos sobre Banco Popular, quebrado en 2017, pero pasaron a primer plano con el derrumbe del 90% en bolsa de supermercados Dia entre aquel año y 2018. Hasta el 25% de las acciones de la empresa que dirigía Ricardo Currás -imputado por irregularidades contables- llegaron a pasar durante 18 meses por las manos de más de 50 'hedge funds' bajistas que apostaron a su caída.

Grandes prestamistas de valores como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Blackrock, Norges Bank o el actual dueño Letterone (Mijaíl Fridman) se alinearon en torno aquella danza de la muerte de los bajistas en la bolsa española, que contó con la bendición post morten de la CNMV. “A veces, los bajistas son los que tienen la agudeza visual”, aseguró Albella en febrero de 2019 sobre el acierto de firmas como Marshall Wace, Tiger, Darsana o Merlqart . No fue el primero ni el más sangrante de los casos: Gowex, Pescanova o Abengoa se han convertido en los mayores agujeros contables (sin contar cajas o bancos) del último lustro en el parqué español.

Wirecard
 
 

La vergüenza de la ‘CNMV alemana’

El contraste con la posición pública de Sebastián Albella, candidato a ocupar nuevas responsabilidades en el sistema de supervisión de la UE, lo da lo ocurrido durante los últimos años en torno al caso Wirecard en la Bafin, la CNMV de Alemania y otras agencias de supervisión financiera. Según 'Financial Times', el diario que se ha hecho eco de las irregularidades contables del neobanco desde 2015, las primeras alarmas sobre Wirecard hace cinco años se apagaron después de que la Bafin respondiese con una investigación sobre los bajistas (short sellers) e, incluso, al propio diario.

El neobanco alemán que asombró a todos por su rápido crecimiento en el negocio de las tarjetas y acabó duplicando el valor en bolsa de Deutsche Bank pese a estar bajo la sombra de la sospecha. En 2018 llegó a desbancar al Commerzbank de su puesto en el Dax alemán, el índice de las 30 mayores empresas de la Bolsa de Fráncfort. En enero de 2019, el FT destapó el uso de contratos falsos para inflar su negocio

Wirecard respondió con una demanda contra el diario y varios inversores que volvió a crear el clima perfecto para que la compañía financiera enarbolase una vez más la bandera de víctima frente a los villanos bajistas que querían destruirla. El gigante japonés Softbank acudió a su rescate con una inversión cercana a los 1.000 millones y la Bafin alemana prohibió las posiciones cortas sobre la firma. Meses más tarde, en octubre de 2019, Wirecard contrató como auditor a KPMG para eliminar las dudas sobre sus cuentas.

1.000 millones de beneficio

Pero llegó junio y estalló el escándalo: 1.900 millones habían desaparecido. De repente, los bajistas tenían razón. La empresa de tecnología financiera había perdido más del 95% de su valor en bolsa -de más de 100 a poco más de 1 euro por acción- y las apuestas en corto se cobraron a su presa. The Children Investment Fund (TCI), el socio del Gobierno en Aena, ha sido uno de los grandes ganadores con unas plusvalías de más de 200 millones. En solo una semana, ocho grandes ‘hedge funds’ ganaron más de 1.000 millones de euros con la caída de Wirecard, entre ellos, Marshall Wace o Slate Path Capital, según datos de Breakout Point. Sin embargo, durante muchos meses fueron señalados como la causa de todos los males de la compañía alemana.

El descenso a los infiernos de Wirecard y el arresto de su fundador Markus Braun -hasta hace nada un admirado gurú- rescata del baúl de los recuerdos el caso más llamativo de otros fulgurantes ascensos y caídas de empresas en todo el mundo. El reciente fraude detectado en las cuentas de Luckin Coffee, el ‘starbucks’ chino, también vio la luz de la mano de un grupo de ‘hedge funds’ que lideraron las firmas SnowLake y Muddys Waters con un informe en el que señalaban donde estaba el gato encerrado de la empresa. 

En España, el entramado de la pesquera Pescanova dejó un agujero de 3.000 millones en 2014, aunque el eco mediático fue menor al que despertó la estafa de Gowex, que infló con facturas falsas sus cifras de facturación durante años mientras su cotización no paraba de subir. Pero un informe de Gotham Research, una firma anónima, destapó la trama, apostó en corto y desveló la estafa que dejó atrapados a 5.000 inversores, entre ellos, a Valiant Capital, el único bajista que había apostado por un escenario fraudulento detrás del negocio de Jenaro García... pero sin una resolución tan rápida.

Mostrar comentarios