En plenas negociaciones

Podemos y sindicatos critican que CEOE pague a Báñez pero rechace subir el SMI

El sueldo adjudicado por Garamendi a la exministra genera malestar dentro de la propia patronal. Desde UP cuestionan que los empresarios "premien" a la artífice de una reforma laboral "a su medida".

CEOE ultima el fichaje de Fátima Báñez como asesora personal de Garamendi
Podemos y sindicatos critican que CEOE pague a Báñez pero rechace subir el SMI
EFE

El salario adjudicado por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, a la exministra de Empleo Fátima Báñez ha levantado ampollas dentro y fuera de la patronal, especialmente en Unidas Podemos y en el flanco sindical, desde donde critican que la organización empresarial ponga en nómina a la artífice de la reforma laboral vigente mientras rechaza subir el Salario Mínimo Interprofesional. Fuentes consultadas por La Información, tanto de los socios del Gobierno de coalición como de los sindicatos, cuestionan el sueldo que cobra la que fuera ministra del PP con Mariano Rajoy, no tanto por la cuantía, sino porque trasciende a la opinión pública precisamente cuando los empresarios están poniendo pie en pared en la mesa de negociación que aborda la revisión del SMI, exigiendo su congelación para 2021.

Báñez se incorporó a la CEOE en pleno pico de la pandemia para ponerse al frente del proyecto 'Empresas que ayudan' y canalizar donaciones para hacer frente a la crisis. Una iniciativa solidaria por la que, en principio, no iba a percibir ninguna retribución. Pero algunos socios de la patronal ya especulaban con que Garamendi había diseñado una estrategia por la que la incorporación de la exministra acabaría trasladándose a una nómina. No en vano, el fichaje de Báñez rondaba la cabeza del presidente de la CEOE desde abril de 2019, cuando La Información avanzaba unos contactos iniciales. La negociación no fructificó y, entre tanto, Báñez dio el paso a la empresa privada como consejera externa independiente de la farmacéutica Rovi.

Ahora ha trascendido, como adelantó La Razón, que Garamendi ha decidido ascender a Báñez al puesto de presidenta de la Fundación CEOE y, por consiguiente, otorgarle una remuneración que algunas fuentes sitúan por encima de los 200.000 euros anuales. Portavoces oficiales de la patronal, no obstante, niegan que esa sea la retribución asignada y aseguran que la exministra tendrá una nómina "similar a la de otros directivos", aunque evitan concretar la cuantía. En cualquier caso, el sueldo no ha sido bien encajado por miembros del Comité Ejecutivo, que denuncian que el asunto "no ha pasado por ningún órgano de Gobierno" y, más allá, entienden que no deben significarse públicamente con una exministra del PP por la interpretación que se pueda hacer sobre la posición política empresarial.

Descontento, por tanto, dentro de la patronal, pero también de puertas afuera. Desde el propio Gobierno, fuentes de Unidas Podemos interpretan el sueldo de Fátima Báñez como un "premio" de la CEOE "a la exministra que hizo una reforma laboral a su medida, erosionando derechos laborales fundamentales". Se refieren, por supuesto, a la legislación de 2012, que la coalición progresista ha acordado modificar para derogar algunos de los aspectos que consideran más "lesivos". En esta contrarreforma se pretende, por ejemplo, recuperar la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, así como la ultraactividad, y limitar la subcontratación. En definitiva, tocar aspectos nucleares de la negociación colectiva.

Pero no solo en el ala morada del Gobierno, desde donde se ha criticado la reforma laboral de Báñez en numerosas ocasiones, especialmente durante esta crisis. Los sindicatos tampoco han recibido favorablemente la noticia de que la CEOE pague un "sueldazo de directivo" a la exministra. "No se trata de que este movimiento les identifique con un partido -las preferencias políticas de los empresarios son cristalinas y no son de izquierdas- el problema es que en la mesa de negociación se están quejando de que no es el momento de subir el salario mínimo, porque las empresas no lo soportarían, cuando claramente los accionistas de las grandes compañías siguen teniendo beneficios y en la propia patronal no parecen tener ningún problema para pagar nóminas de ese nivel", cuestiona un reputado dirigente sindical.

En cualquier caso, la exministra se incorporó a la CEOE con el visto bueno de la Oficina de Conflictos y solo ha empezado a cobrar como presidenta de la Fundación una vez transcurridos los dos años de incompatibilidad, según fuentes conocedoras de su cambio contractual. Báñez siempre ha mantenido una relación fluida con la patronal y en círculos empresariales, así como en Bruselas, la reforma del mercado de trabajo español que impulsó durante su mandato ha sido extensamente defendida. El motivo: la norma se habría mostrado muy útil en momentos de crisis temporales por favorecer el mantenimiento del empleo a través de mecanismos de flexibilidad interna.

Choques en la coalición

La polémica está servida y echa más leña al fuego de la mesa de negociación que abrió el Ministerio de Trabajo el pasado martes y que volverá a reunirse este lunes. Aunque la decisión de subir el SMI es exclusiva del Gobierno, el trámite de consulta a los agentes sociales es preceptivo. En la última reunión quedó patente el rechazo de la patronal en un contexto de crisis como el actual. Los empresarios argumentan que no toca elevar los costes laborales en un momento en el que el tejido productivo está hundido por la Covid y cuando las tasas de inflación se sitúan en terreno negativo. Trabajo no comparte esta visión y descarta de plano congelar el SMI, hasta el punto de que Yolanda Díaz -que ha tachado el discurso de CEOE de "ideológico" y "falaz"- estaría dispuesta a llevar un real decreto al Consejo de Ministros sin el respaldo de la organización empresarial.

Díaz, en cualquier caso, no lo va a tener fácil a nivel interno. En los últimos días, las declaraciones públicas de varios miembros del Gobierno han evidenciado el choque de opiniones en el seno de la coalición sobre la conveniencia de subir el SMI. Los socios de Unidas Podemos apuestan por un incremento a toda costa, mientras varios ministros del PSOE han pedido "prudencia" y "responsabilidad". Es el caso de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, o de la responsable económica Nadia Calviño. Pero el colofón lo ponía la vicepresidenta Carmen Calvo este viernes al afirmar en rotundo que, si dependiera de ella misma, en estos momentos no tocaría el salario mínimo, para matizar después que sí tendrá que seguir subiendo en el futuro porque es el compromiso de investidura del presidente Sánchez".

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