Debate sobre el estado de la nación

Sánchez estigmatiza al 'top ten' del Ibex y pone en marcha su campaña electoral

El desafío a las grandes corporaciones marca la apuesta del PSOE por tener el apoyo de Díaz, que defiende ampliar los nuevos impuestos a banca y eléctricas a otros sectores "que se benefician de la guerra".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido recibido con aplausos de la bancada socialista y de su gabinete y con el banco azul del Ejecutivo al completo, a su entrada al hemiciclo del Congreso para participar en el debate del estado de la nación, el primero de su mandato y el primero en siete años.
Sánchez estigmatiza al 'top ten' del Ibex y pone en marcha su campaña electoral.
Eduardo Parra / Europa Press / ContactoPhoto

Los nuevos impuestos especiales a las grandes empresas energéticas y corporaciones bancarias dejan claro el camino que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido tomar para aguantar el apenas año y medio electoral que le queda de legislatura: una ofensiva contra el top ten del Ibex en España que estigmatiza su imagen ante la sociedad y un apoyo explícito a los planteamientos de Yolanda Díaz y los socios del ala más a la izquierda de la coalición de gobierno. Aunque no aplaudió de forma explícita en el Congreso los anuncios fiscales de Sánchez, la líder de la nueva plataforma 'Sumar' valoró de forma positiva el nuevo hachazo que Sánchez le había contado un día antes del debate sobre el estado de la nación, con la coletilla de que lo que hay que hacer ahora es seguir y cobrar más tributos a quienes logran tener más beneficios en otros sectores, no solo la banca y la energía.

La única razón que el presidente del Gobierno dio este martes en el Congreso para implantar un impuesto especial a las eléctricas y a la banca que va a suponer 3.500 más de recaudación anual durante dos ejercicios, fue la necesidad de que aporten más a los costes de la guerra de Ucrania y la crisis energética porque son los que más se están beneficiando de sus efectos o están empezando a hacerlo. Más allá de esas razones y a falta de conocer el mecanismo concreto con el que se van a aplicar esos dos nuevos tributos, que empezarán a funcionar en 2023, el líder socialista lo utilizó incluso en su turno de réplica al PP para presionar en busca de una postura sobre los nuevos impuestos que les pudiera comprometer ante las empresas o antes los ciudadanos.

Además de energéticas como Iberdrola, Acciona, Endesa, Naturgy o Repsol, o bancos como Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell o Bankinter, que han perdido miles de millones de euros en el valor de cotizaciones en una sola jornada por el anuncio de los nuevos impuestos de Sánchez, en los primeros puestos del ranking del selectivo español se ubican algunas de las grandes compañías de telecomunicaciones, construcción, textil o turismo, sobre las que no recaerá por ahora el golpe fiscal del Gobierno, pero que no son susceptibles de librarse a medio y largo plazo dada la reforma fiscal que hay en ciernes. De hecho, el propio presidente recordó en el Hemiciclo que España es uno de los países europeos que menos recauda por el Impuesto de Sociedades, con lo que “queda mucho margen y trabajo por hacer en este campo”, advirtió.

Si bien las empresas eléctricas ya contaban con un golpe fiscal como este, tras tres decretos sobre sus beneficios caídos del cielo, en la banca nadie esperaba algo así, sobre todo cuando todavía no se ha producido la subida de tipos del BCE y ante la gran incertidumbre económica que impera en todo el sector financiero europeo.  En otros movimientos similares del Gobierno, este tipo de procesos se plantean y analizan primero con el sector o algunos de sus asesores o despachos de cabecera, pero esta vez, fuentes políticas cercanas a Moncloa aseguran que nadie sabía nada salvo los más estrechos colaboradores del presidente. 

Armas a Díaz y las CCAA

Pedro Sánchez ha querido aprovechar el primer debate sobre el estado de la nación que se celebra en siete años para marcar la hoja de ruta que pretende aplicar en lo que queda de legislatura y dejar claras sus líneas maestras tanto en lo que respecta a la oposición que plantea el nuevo PP de Núñez Feijóo, como ante las discrepancias con sus propios socios de coalición de Unidas Podemos. Una de las conclusiones claras de la primera jornada del debate es el cierre de filas de los ministros y diputados de UP con los planteamientos del presidente del Gobierno de coalición, una vez que han dejado a un lado la polémica sobre el aumento del gasto militar o los incidentes en la valla de Melilla.

El reto fiscal que el presidente ha planteado a las grandes compañías del Ibex va en la línea de las propuestas de la formación morada, como la propia Ione Belarra admitió en el Congreso, y supone un balón de oxígeno para su partido, que no está incluido en la nueva plataforma de Yolanda Díaz. Esa tendencia, junto con el paquete de medidas sociales y las bonificaciones al transporte ferroviario masivo de Cercanías y media distancia, están dentro del acervo de la izquierda y sirven para que sus dirigentes justifiquen ante el electorado más reticente la necesidad de estar del lado de los socialistas en la larga carrera electoral que se avecina.

Falta por conocer la visión que los barones regionales del PSOE van a tomar ante la hora de ruta que les ha marcado el líder del partido, sobre todo en las comunidades menos proclives a seguirle, como Castilla La Mancha, Valencia o Extremadura, que se la juegan en mayo del año que viene frente a las posibles coaliciones del PP con Vox para sacarles del Gobierno. De hecho, fuentes cercanas a esas formaciones autonómicas socialistas, que siempre se han mostrado muy críticas con los acuerdos parlamentarios de Sánchez con los independentistas y la izquierda radical, esperan tener aclaradas cuanto antes sus candidaturas a las próximas elecciones, a la vista de que en las filas del Ejecutivo hay opciones de recambio para algunas de ellas.

Lejos todavía de la opción de cortar las relaciones con Unidas Podemos y hacer una remodelación amplia del Ejecutivo, la estigmatización de las grandes corporaciones que el presidente ha puesto en marcha y la batería de medidas sociales para toda España que pueden ser ‘vendidas’ en sus territorios por alcaldes y presidentes autonómicos, dejan clara la apuesta de Moncloa, al menos hasta final de este año. Tras el primer día del debate sobre el estado de la nación, la aprobación del segundo paquete de medidas contra la crisis de este jueves, que contendrá todas las novedades de apoyo social que ha ampliado Sánchez, será el pistoletazo de salida de una campaña electoral, que se hará más evidente a la vuelta del verano.

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