Presión para las grandes cotizadas

State Street quiere introducir en la bolsa española su cruzada contra el racismo

La gestora, que custodia participaciones en algunas de las empresas más importantes del país, votará contra los directivos de aquellas firmas que no revelen la composición étnica de sus órganos de gobierno.

La Bolsa española ha mantenido una rentabilidad histórica del 4% por dividendo.
La Bolsa española ha mantenido una rentabilidad histórica del 4% por dividendo.
EFE

State Street combatirá el racismo en las grandes empresas con 'mano dura'. La entidad financiera estadounidense, uno de los tres mayores fondos de gestión pasiva de todo el mundo, votará en contra de los directivos de las grandes empresas que no revelen la composición racial de sus órganos de gobierno, así como de aquellos presidentes que no cuenten con, al menos, un miembro de algún grupo étnico minoritario, en su Junta. State Street ya ha empezado a sondear a las grandes firmas de los índices bursátiles de referencia en EEUU y Reino Unido. Y la misma presión planea también sobre la bolsa española donde la firma estadounidense cuenta con múltiples posiciones accionariales desde hace más de diez años. 

El empeño de State Street por defender la diversidad étnica supondrá un nuevo capítulo en la adaptación del gobierno corporativo en el seno de las principales empresas bursátiles de nuestro país. La gestora de fondos estadounidense viene adquiriendo activos en muchas de las grandes sociedades cotizadas. BBVA, Santander, Inditex, Telefónica, Repsol, Prosegur, Enagás configuran una larga lista que anticipa el papel reforzado de la lucha contra el racismo en los mercados de capitales.

State Street dará un año de margen antes de pasar a la acción. Este 2021, la gestora con sede en Boston se limitará a efectuar un sondeo por las juntas directivas de las empresas más importantes del S&P 500 y el FTSE 100, los índices de referencia en Washington y Londres. Cyrus Taraporevala, director ejecutivo de la entidad, aseguró: "Mientras una empresa esté en un índice, mantendremos estas acciones, pues debemos asegurarnos de que estas corporaciones están haciendo lo correcto para impulsar la creación de valor para nuestros clientes, que son sus accionistas a largo plazo". La declaración de intenciones de Taraporevala, en conversaciones con el diario 'Financial Times', no hablan de fronteras.

Hay antecedentes. El año pasado, State Street ya votó en contra de la reelección de los miembros de las juntas directivas de cerca de una treintena de las 56 compañías que cotizan en el S&P 500, al considerar que no habían cumplido con el cupo exigible de miembros que pudieran considerarse como étnicamente diversos. En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la gestora ha insistido en que hará lo propio también con las empresas 'rezagadas' de los índices FTSE 350, ASX 100, TOPIX 100, DAC 30 y CAC 40; a lo largo de 2022.

Para este año, la que está considerada como tercera gestora mundial solo exigirá a las empresas que proporcionen la información relativa a la diversidad étnica en el grueso de su plantilla -lo que incluye a los comités de dirección-. Pero está decidido a dar un paso decisivo durante el próximo ejercicio con la adopción de medidas sancionadoras para castigar los eventuales incumplimientos en dicha materia de gobernanza. La fuerte presencia de la entidad en España anticipa que estos cambios podrían desembarcar en nuestro país más pronto que tarde. 

Sin ir más lejos, State Street custodia el 14,06% del capital social total de la entidad que dirige Ana Botín. A 31 de diciembre de 2019, ningún accionista de Banco Santander tenía individualmente más del 3% del accionariado, el umbral generalmente previsto en la normativa española para la notificación obligatoria de una participación significativa en derechos de voto en una compañía. State Street, al custodiar dichos activos en nombre de otros inversores, ninguno de los cuales superaba este porcentaje individualmente. Al cierre de 2019, el informe corporativo de BBVA trasladó un escenario similar: el 31 de diciembre del citado ejercicio, State Street, en calidad de banco depositario internacional, ostentaban un 11,68% del capital social de la firma con sede en Bilbao.

La gestora de Boston es la tercera del mundo detrás de BlackRock y Vanguard. Su irrupción en España data de hace más diez años con posiciones en el sector bancario, telecos y energía

La presencia nacional de la estadounidense en calidad de 'banco guardián' viene de lejos. El año 2007 fue el 'boom' de las adquisiciones de la gestora en suelo nacional. Entonces, State Street se coronó como el segundo banco custodio de la bolsa española y tenía presencia en, al menos, una docena de firmas nacionales. Durante dicho ejercicio, el banco elevó su participación en el BBVA hasta el 5,11%. También afloró una participación de State Street del 5,04% en Repsol, superó el 5% en Santander y llegó a controlar 48,3 millones de acciones de la aerolínea Iberia, una participación valorada en 162 millones que suponía el 5,09% del capital de la compañía aérea 'bandera' de la marca España. La entidad también 'pescó' en Prosegur, Enagás y Telefónica.

Después de la crisis de 2008, la presencia de State Street en el Ibex-35 se diluye, pero no su influencia. Uno de los movimientos de la estadounidense que saltó a la palestra recientemente fue la adquisición de una participación indirecta de 5,3 millones de acciones de Indra. La compra desde Londres afloró la cuota del 3,2% de la gestora en la tecnológica española. 

Junto a Blackrock y Vanguard, State Street poseía, antes de la pandemia, más del 20% de las acciones de las compañías cotizadas en el S&P 500. Los tres grandes fondos pasivos han extendido sus tentáculos por las principales empresas de todo el mundo, independientemente de su sector. Y estos fondos de gestión pasiva tienen una ideología clara. Sostenibilidad, equidad, diversidad, descarbonización. 

Estos gigantes trabajan con el denominador común de presionar a los gestores de las compañía para lograr una economía baja en carbono y abogan por un cambio en los procedimientos de gobierno corporativo. Entre sus principales misiones figura el respaldo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la  Agenda 2030. En el caso de State Street, su brazo inversor llega a 6.000 empresas en todo el mundo, ent4re las que se incluyen también las más importantes corporaciones españolas.

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