Para apuntalar la recuperación

Sánchez busca un pacto 'a la vasca' con la derecha nacionalista para sus PGE

El Gobierno toma como ejemplo el acuerdo entre PNV y PSE en Euskadi y confía en que los cuatro diputados ahora del PDeCAT pueden ser claves en la negociación de las cuentas y diluir el papel de ERC.

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, a su llegada a la jura del cargo del lehendakari.
El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, a su llegada a la jura del cargo del lehendakari.
EP

Día simbólico se mire por donde se mire. Bajo el árbol de Gernika, Iñigo Urkullu ha cumplido paso por paso con el homenaje de rigor cuando un lehendakari toma posesión y en el extremo occidental de la península, Albertó Núñez Feijóo se emocionaba en la cuarta ceremonia de toma posesión como presidente de la Xunta de Galicia más aún que si fuera la primera vez. Entre uno y otro, el abismo político que separa el arco parlamentario español con la vista puesta en los próximos Presupuestos Generales del Estado. O mejor dicho, entre uno y otro, se han pronunciado los ministros de un Gobierno central que aspira a sacar adelante las cuentas de la recuperación tras el mazazo de la pandemia de la Covid-19.  

Mientras que en Santiago el dirigente popular lamentaba ante el presidente de su partido Pablo Casado y el ex jefe del Ejecutivo Mariano Rajoy que Moncloa solo se acuerde de la cogobernanza cuando le conviene, en Gernika el presidente del PNV se limitaba a cumplir la tradición y no empañarla con declaraciones efímeras. De poner las tildes y marcar el camino se encargó el representante del Gobierno central en el acto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Para él quedó el mensaje del día tras una semana plagada de reuniones en Moncloa buscando acuerdos y desacuerdos con los grupos parlamentarios: el Ejecutivo de coalición aspira a un acuerdo 'a la vasca' para validar sus Presupuestos. 

Es decir, al igual que en Euskadi PNV y PSE se han puesto de acuerdo, la parte socialista del Consejo de Ministros se encomienda al nacionalismo conservador para aprobar sus números. Y, en este objetivo, el apoyo decisivo no solo viene desde Euskadi y el nacionalismo tradicionalista del PNV, sino que los cuatro diputados del PDeCAT que se han escindido de las directrices de Puigdemont y los suyos pueden ser la clave de la estrategia en el Parlamento. La derecha, aunque sea la derecha nacionalista, al rescate de las cuentas. Como tantas otras veces en democracia, ya fuera con el PSOE o con el PP. 

"Ojalá el conjunto de las fuerzas políticas en España, y la mayor brevedad posible, seamos capaces de ponernos de acuerdo y generar unos presupuestos mirando a la reconstrucción social, económica y financiera. Mirando a esas posibilidades reales de transformación en todos los ámbitos que nos hagan a todos más fuertes", ha indicado el ministro, para añadir que "la cultura del pacto nos hará a todos más fuertes". Por todo ello, ha confiado en que "todos nos miremos más un poco más en el acuerdo que se ha materializado en Euskadi" y se ha mostrado convencido de que es "el primer paso hacia el acuerdo general importante que está reclamando la sociedad española".

Fuentes cercanas al gobierno han confirmado que, a la vista de la ruptura del nacionalismo de derechas catalán, el escenario ha cambiado de forma radical y se abre ahora incluso una opción impensable hace unos semanas. Además, al ganar peso los nacionalistas del PDeCAT en las negociaciones también se diluiría el papel determinante que ha jugado en estos meses ERC a la hora de sacar adelante cualquier medida por parte del Gobierno. Todo ello, en un momento en el que cada paso que da un partido catalán está medido a cuenta de las inminentes (aunque no convocadas) elecciones en la comunidad.

De vuelta a Marlaska y a la línea marcada desde Moncloa en este fin de semana, el ministro ha subrayado que "la política del acuerdo, de sensibilidades distintas y trabajando siempre en beneficio del conjunto de la sociedad, ampliando el espectro de las sensibilidades", supone "el camino necesario" en momentos difíciles como los actuales por la pandemia de la Covid-19. "Tanto PNV como PSE, durante toda su historia, han hecho gala del acuerdo y de mirar a la ciudadanía, y por eso a día de hoy pueden seguir mirando a la cara a la sociedad vasca", ha añadido, según recoge Ep, y en esta línea ha defendido que el acuerdo de coalición alcanzado por ambas formaciones en el Gobierno Vasco no es "solo importante para Euskadi sino, en la situación actual de reconstrucción, también para el conjunto de España".

Sin embargo, si en esta apelación había algún mensaje hacia el principal partido de la oposición, el PP ha contestado a través de Feijóo, una de las caras más vinculadas a la moderación en el partido, con una nueva crítica a las formas del Gobierno. En su breve discurso tras jurar el cargo, el presidente gallego ha aprovechado la presencia de la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, para erigirse en defensor del Estado de las autonomías pero lamentar que se producen "desajustes" entre las distintas administraciones. "Algunos de ellos son equiparables a los que padecen otros estados complejos, pero otros derivan de la que, en mi opinión, es una errónea concepción del Estado de las autonomías", ha explicado. "En él, la cogobernanza debiera ser algo habitual y espontáneo, y no presentarse como una concesión derivada de una situación excepcional", ha añadido.

A todo esto, Pablo Casado también se refirió a los acuerdos y a los pactos, pero sin adentrarse en la negociación presupuestaria y reclamar "la apelación a una España plural pero que no sea un mosaico partido". "Hoy aquí en Galicia están representados todos los españoles y, si se me permite, todas las sensibilidades políticas porque el proyecto que ha presentado (Feijóo) es un proyecto abierto, transversal y útil para los ciudadanos", ha incidido.

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