Encuentro discreto tras los roces de las últimas semanas

Sánchez e Iglesias se vieron en Moncloa para blindar la coalición de cara a 2021

Además de la tercera ola y la campaña de vacunación, el Gobierno tiene por delante varios retos que tensarán la relación entre socios: la reforma laboral, la de pensiones, la subida del SMI y la Ley de Vivienda.

Sánchez e Iglesias se vieron en Moncloa para blindar la coalición de cara a 2021
Sánchez e Iglesias se vieron en Moncloa para blindar la coalición de cara a 2021
Dani Gago

Primer día laboral del año y primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El presidente del Gobierno y el vicepresidente segundo se reunieron este lunes en el Palacio de la Moncloa en un encuentro discreto y que sirvió para preparar a la coalición para las semanas y meses que se avecinan, según ha podido saber La Información. La cita se produce tras varias semanas de tensión en la coalición, esencialmente a costa de algunos de los últimos decretos aprobados por el Ejecutivo, como el de la prohibición de los desahucios o la norma que pone fin al corte de suministros básicos. La coalición, insisten las fuentes consultadas, está engrasada y no corre ningún peligro de disolución. Al contrario, afina la maquinaria de cara a 2021.

La reunión entre Sánchez e Iglesias es la primera tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, los primogénitos de la coalición. Esta semana no hay Consejo de Ministros pero presidente y vicepresidente se encargaron este lunes de avanzar en los retos que le esperan a los dos socios. Hablaron de la pandemia, de la situación sanitaria y de los problemas con los primeros pasos en la campaña de vacunación. El Gobierno prevé aún unos meses complicados y no descarta tener que endurecer las medidas a nivel global si los casos siguen en aumento en las próximas semanas.

Sánchez e Iglesias demuestran, con esta cita, que la coalición aborda a través de los mecanismos oportunos los pasos a seguir. El Gobierno lleva todo el mes de diciembre sin celebrar los tradicionales maitines por diferentes motivos (días festivos durante el Puente de Diciembre, el viaje del presidente a Francia, su posterior confinamiento...) y eso se está notando en cierta falta de coordinación. Quedó demostrado con la acusación de "cabezón" que le hizo María Jesús Montero al vicepresidente segundo. Pero los líderes de PSOE y Unidas Podemos siguen manteniendo una relación fluida, pactando incluso las diferencias, que existen y que en determinadas medidas amenazan con tensar aún más las costuras de la relación a corto plazo. 

En el asunto de las pensiones, por ejemplo, la discrepancia de los morados con el documento que ha planteado el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, para incrementar a 35 los años cotizados de cara al cálculo de la prestación es elevada. También en el PSOE la medida ha chirriado. Discrepancias hay, asimismo, con la mejora del Salario Mínimo Interprofesional. El último Consejo de Ministros de 2020 prorrogó su cuantía y pospuso la negociación, pero la situación sanitaria apunta a que el SMI no verá mejora al menos en las próximas semanas de 2021, tal y como plantea la parte socialista de la coalición. La derogación de la reforma laboral del PP es el tercer gran asunto en disputa.

Asuntos todos ellos económicos a los que hay que añadir la próxima Ley de Vivienda. El acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos es que la norma, que abrirá la puerta a establecer límites en el precio de los alquileres en zonas de mercado tensionadas (las grandes ciudades, esencialmente), llegue a Consejo de Ministros en febrero. Ambos partidos mantienen aproximaciones diferentes a esta normativa. 

Otro asunto que genera discrepancias internas en el Gobierno es la ecuación parlamentaria. Iglesias es partidario de cuidar a los socios con los que se han aprobado los Presupuestos, esencialmente ERC y EH Bildu. Pero en Moncloa apuestan por abrir los acuerdos a la llamada "geometría variable". Y ahí entra Ciudadanos o, incluso, el PP, con quien Sánchez sigue manteniendo un tira y afloja para la renovación del CGPJ. No se esperan novedades hasta después de las elecciones catalanas del 14-F.

Hay varias discrepancias entre Unidas Podemos: la reforma de pensiones, la laboral, el SMI o la Ley de Vivienda

La coalición en sí, en definitiva, no corre peligro, coinciden en señalar en ambos lados del Gobierno. La sintonía entre Sánchez e Iglesias sigue siendo buena, tal y como demuestra el encuentro de ayer, y nada ha cambiado en las últimas semanas. Los "costureros" también son esenciales y hacen su función. En este grupo se enmarca el triunvirato del gabinete sanchista, con Iván Redondo al frente, secundado por Félix Bolaños y Paco Salazar, por la parte socialista; y Julio Rodríguez y Juanma del Olmo, en el área morada. Ellos son quienes engrasan cada día y cada semana los motores del Ejecutivo.

El Gobierno, en definitiva, navega entre discusiones que vienen de lejos y que ni mucho menos van a enterrarse este 2021. Al contrario, en ambos lados de la coalición ya avisan de que los próximos meses se avecinan en esa línea. Lo advirtió ya Sánchez cuando su Consejo de Ministros tomó posesión hace casi un año y se está cumpliendo al pie de la letra, al menos la primera parte: "El Gobierno hablará en varias voces pero siempre con una sola palabra". "Estamos preparados para más batallas internas", dicen en el PSOE. "Sanas", matizan. "La política es el conflicto", concluyen desde Unidas Podemos. Es la italianización del Gobierno, pero con estabilidad parlamentaria. El horizonte fijado por la coalición es 2023.

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