Supera las 1,07 unidades

El euro recupera el rol de escudo contra la inflación en el mes más débil para el dólar

La divisa europea reacciona con subidas en su cambio con el billete estadounidense tras la prórroga del parón de tipos de la Fed y el inicio de la pausa del BCE pese a que los datos macroeconómicos divergen en su contra. 

El euro coge la delantera ante un dólar que afronta su mes más débil en noviembre
El euro coge la delantera ante un dólar que afronta su mes más débil en noviembre
BCE vía La Información

No es momento de hablar de recortes de tipos de interés, como han expresado tanto Jerome Powell (Fed) como Christine Lagarde (BCE), pero todo el mundo habla de ello. Los inversores comienzan los preparativos para el cierre de 2023 y la apertura de 2024 con las quinielas al rojo vivo sobre cuándo comenzarán a dar pasos atrás los  dos bancos centrales más poderosos. Tanto el uno como el otro afrontan su entrada en terreno restrictivo de su política monetaria con la promesa de permanecer ahí hasta que la inflación de síntomas creíbles de haberse anclado al objetivo del 2%. ¿Qué impacto tiene en las principales divisas?

Para la relación del euro con al dólar, la balanza se está decantando ahora mismo en favor de la moneda europea, pese a que cuenta como respaldo con tasas de interés oficiales más bajas (4,5% en la zona euro vs 5,25-5,5% en EEUU). El cruce eurodólar ha escalado a máximos de casi dos meses desde que el pasado viernes se conoció un dato de empleo mensual estadounidense algo más débil de lo previsto. Ese ingrediente, unido al de la tercera pausa de las últimas cuatro reuniones de la Reserva Federal, ha predispuesto al mercado a un escenario de cambio.

Dicen que el euro es la más importante e impactante cotización de los mercados financieros para empresas y hogares puesto que afecta a la capacidad adquisitiva de aquellos bienes y servicios que se negocian internacionalmente en dólares, como por ejemplo el gas, el petróleo, el cobre y la práctica totalidad de materias agrícolas. Su escalada de los últimos días tiene efectos desinflacionarios y afloja la presión sobre el BCE para que siga subiendo tipos en las siguientes reuniones.

La inflación apunta hacia el 2%

El euro ha cruzado la frontera de los 1,07 dólares por primera vez desde mediados de septiembre, impulsado la creencia de que la Reserva Federal (Fed) ha terminado con las subidas de tasas de interés. El 1 de noviembre, el banco central de los Estados Unidos mantuvo la tasa por segunda reunión consecutiva, ya que los responsables de la política consideraron señales de un mercado laboral que se flexibiliza gradualmente y una desaceleración de la inflación. Los datos apuntan a que 2023 terminará con los IPCs cada vez más cerca del objetivo marcado del 2%.

"Durante el primer año de nuestro ciclo de endurecimiento, el riesgo estaba claramente en el lado de no hacer lo suficiente. Hemos avanzado lo suficiente como para que los riesgos se hayan vuelto más equilibrados aunque no podemos identificarlo con precisión", expresó Powell tras la reunión con varias referencias a que la inflación está haciendo mella en los hogares y empresas, además de una ambigüedad calculada a la hora de evitar posicionarse sobre la reunión de diciembre.

En Europa, el BCE también dejó sin cambios las tasas de interés por primera vez en más de un año en octubre, pero reiteró su compromiso de mantener los costos de endeudamiento en un nivel restrictivo durante algún tiempo. La inflación en la zona Euro cayó más de lo anticipado al 2,9% el mes pasado, acercándose al objetivo del 2%. Mientras tanto, las cifras preliminares revelaron una inesperada contracción del 0,1% en el PIB de la Eurozona en el tercer trimestre, peor de lo que se pronosticaba como una lectura estancada. En Alemania, la economía se contrajo un 0,1%.

La pista estadística 

"Noviembre de 2022 ha sido un mes históricamente negativo para el dólar, y este también ha comenzado con una corrección", apuntan Francesco Pesole y Frantisek Taborsky, estrategas de tipos de cambio del banco ING. "Como analistas de divisas, probablemente deberíamos resistir dos tentaciones. Una es apresurarnos a llegar a la conclusión de que la fortaleza del dólar ha terminado y que estamos siendo testigos del inicio de una tendencia bajista. Los datos de actividad de EEUU serán examinados aún más de cerca ahora y determinarán la dirección del movimiento en el mercado de divisas y seguramente en los mercados en general", añaden.

Más allá de la evolución del euro, la atención de los inversores y de los bancos centrales ha estado pendiente de la evolución de la rentabilidades de la deuda pública, cuyo efecto indirecto sobre los tipos de cambios puede eclipsar por completo el desnivel de los tipos de interés entre EEUU y Europa en favor de aquella área económica que tenga menores perspectivas de emitir más billetes.

La subida de precios de los bonos y la consiguiente caída de rendimientos ha proyectado una caída de más de 25 puntos básicos desde los máximos de mediados de octubre para las principales referencias. "En nuestra opinión, la fase de aumento de los rendimientos a largo plazo tendría que ser lo suficientemente duradera como para actuar como un sustituto adecuado de más subidas de los fondos federales", opina Gilles Möec, economista jefe de Axa Investment Managers. 

El déficit fiscal, el talón de Aquiles del dólar

"En otras palabras, el destino de la pausa de la Fed estaría, al menos en parte, condicionado a lo que haga el mercado en los próximos meses. Esto, en principio, pondría un suelo a un nuevo retroceso sustancial de los tipos a largo plazo tras el repunte de los últimos día", añade este experto.  Si la economía continúa debilitándose, "y el cuarto trimestre podría resultar mediocre", según Möec, el enfriamiento de la deuda seguiría su curso al descontarse más bajadas de tipos.

Sin embargo, el analista de Axa IM da una pista de otra fuerza de mercado que puede contrarrestar el descenso de las rentabilidades: las propias subastas de los estados ante la necesidad creciente de financiarse por el aumento de sus gastos financieros y la falta de control sobre los déficits. En el caso de EEUU, el Tesoro anunció la semana pasada que contendría algo su volumen de emisiones para 2023, algo que calmó al mercado. Pero puede que esto no sea así en 2024. "El hecho es que la cuantía total de la deuda federal seguirá aumentando, sin ninguna perspectiva clara sobre una consolidación fiscal posterior. La trayectoria fiscal sigue siendo un obstáculo importante. Creemos que los inversores se han vuelto más sensibles a cualquier noticia sobre la oferta de bonos", explica en su análisis.

Para el periodo noviembre 2023-enero 2024, el Gobierno federal estadounidense tiene previsto emitir un total de 917.000 millones de dólares en bonos, frente a los 821.000 millones de dólares entre junio y agosto. La mayoría de ese volumen será en bonos de 2 a 5 años y la oferta de deuda a 10 años apenas tendrá presencia en comparación. "Tiene sentido que el Tesoro altere su distribución de vencimientos si considera que los tipos de interés han tocado techo: no tendría mucho sentido "bloquear" demasiada deuda federal a 10 años y más a un tipo de interés nominal de casi el 5%", añade Möec. En cualquier caso, la creciente necesidad de financiación del Gobierno Biden, su apoyo financiero a Ucrania e Israel y los problemas presupuestarios en el Capitolio a pocos meses del inicio de la carrera electoral por la presidencia de EEUU auguran un camino lleno de espinas para el dólar.

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