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Seis candidatos al trono de Isabel

Algún día, el príncipe Carlos accederá a la corona de Isabel II de Reino Unido; aquí, en España, también está en liza un trono: el de Isabel I de Sol.

Portadas de los periódicos británicos con la muerte del Príncipe Felipe de Edimburgo, el marido de la reina Isabel
Portadas de los diarios británicos con la muerte de Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II.
EFE/ANDY RAIN

Felipe de Edimburgo ha muerto e Isabel II se ha quedado sola en el inmenso palacio de Buckingham. La Reina británica tiene 94 años; el duque, 99 cuando falleció esta pasada semana. El deceso de Felipe de Grecia y Dinamarca, como se llamaba por nacimiento, marca el inicio del cambio de la era de la monarquía del Brexit, que atraviesa por una de sus mayores crisis desde tiempos de Diana de Gales. El príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, han activado un bomba reputacional televisada que irá estallando a poquitos aunque el daño a la institución real británica excede los dominios de Isabel II, que posee una fortuna que, aunque se desconoce con exactitud, algunos cifran en algo más de 400 millones de euros.

A doña Isabel (God Save the Queen) le sucederá su hijo el príncipe Carlos, que peina canas desde hace décadas, y después, su nieto, el príncipe Guillermo. Las monarquías dan hoy en día pocas sorpresas: siempre se sabe qué pasará; eso sí, nunca cuándo. Con todo, el trono de la Reina de los Sombreros está ocupado e Isabel Alejandra María no parece dispuesta a pasar el testigo: de haber querido ya lo habría hecho.

Aquí, en España, también hay un trono en liza: el de Isabel I de Sol, cuyo reino se extiende por 179 municipios, desde Ajalvir a Zarzalejo. Isabel Díaz Ayuso permanece en la Real Casa de Correos como regente, hasta que las elecciones del próximo día 4 de mayo determinen quién será el inquilino o inquilina del histórico edificio, el más antiguo de cuantos se levantan en la popular plaza del Oso y el Madroño. El trono castizo de Isabel tiene seis pretendientes de distinto pelo y condición: Ángel (Gabilondo, PSOE), la propia Isabel (Díaz Ayuso, PP), Edmundo (Bal, Ciudadanos), Mónica (García, Más Madrid), Rocío (Monasterio, Vox) y Pablo (Iglesias, Podemos). Paridad total, tres mujeres y tres hombres con el objetivo de hacerse con las riendas de la comunidad autónoma más poderosa económicamente del país y que también es una referencia política a nivel nacional.

En España hay un trono en liza: el de Isabel I de Sol, que se disputan seis pretendientes de distinto pelo y condición

En verdad, candidatos con opciones a la corona de Sol solo hay dos: Ayuso y Gabilondo. El resto son príncipes y princesas que apoyarán a su reina o a su rey. Mónica García y Pablo Iglesias apostarán sin duda por el candidato socialista mientras que Monasterio se decantará de una u otra forma por la popular. Bal, si logra que Cs consiga un 5% de los votos, será el factor misterio: podría sujetar a Ayuso o dejarle caer, al tiempo que podría, en función de las matemáticas electorales, facilitar un Gobierno de Gabilondo con Más Madrid sin el lastre del Pablo Iglesias.

La llegada de Iglesias al escenario electoral madrileño ha intranquilizado a izquierda y derecha. En el PP saben que es un hueso duro de roer, que es incisivo, agresivo dialécticamente, estratega político y mago de los titulares periodísticos. En el PSOE regional se mira de reojo al socio morado de Sánchez: no encaja en los postulados serenos de Gabilondo ni en las políticas moderadas del pachón socialista. Para Gabilondo, Iglesias es ruido y peligro electoral para una parte de sus votantes.

A nadie se el oculta ya que una parte de leales al PSOE no votará a 'el puño y la rosa' a sabiendas de que Pablo Iglesias estará en un hipotético Gobierno de izquierdas en la Asamblea de Vallecas. El histórico 'trile' de Pedro Sánchez -negando públicamente en la campaña de las últimas generales un posible pacto con el líder morado que se sustanció horas después del cierre de los colegios electorales en un acuerdo para formar un Ejecutivo de coalición- genera de todo menos confianza. Gabilondo ya ha dicho eso de "con este Iglesias, no" (Sánchez afirmaba que no podría dormir tranquilo), pero el electorado no sabrá hasta después del recuento si aparecerá otro Iglesias compatible con el PSOE de Madrid.

Un Gobierno entre PP y Vox pondría a los populares ante a una línea roja que parte de la sociedad criticaría si se traspasa

La estridencia de Iglesias choca con la tranquilidad de Mónica García, que habla y se le entiende, no hace política de 'prime time' pero transpira los pensamientos de la calle, las empresas, los trabajadores, los sanitarios, los estudiantes... Escuchar a Mónica García es sedante, no se irrita ni alza la voz; explica y le entiendes, aunque no compartas su opinión. De contar hacia atrás desde 10 y pensar en algo bonito sabe de sobra la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Más Madrid, es su pan de cada día como anestesióloga en el 12 de Octubre, cada vez que pasaporta hacia al sueño a pacientes necesitados de propofol. García le da vueltas y revueltas a Íñigo Errejón, su jefe político, que también fue candidato por Madrid hasta que tomó las de Villadiego en dirección a la Carrera de San Jerónimo. Le parecería poco Madrid y prefirió soñar con España. En el resultado halló la penitencia. García es un socio natural del PSOE; Más Madrid es como el PSOE pero moderno... o algo así.

Ayuso lo tiene todo para arrasar en las elecciones de mayo: se ha sobrepuesto a los inconvenientes internos y externos y hoy no hay quien le toque un pelo en Génova. Casado está expectante, ya que si Isabel Díaz Ayuso da la campanada habrá empezado a crearse un mito y el de Ávila todavía no sabe si eso será bueno o malo para él. La regente de Sol necesitará apoyos, ya sea de Ciudadanos o de Vox... O de ambos, si es que los naranjas de Inés Arrimadas salen vivos de esta última embestida de la política.

Parte de los leales al PSOE no votará a Gabilondo porque Iglesias estará en un hipotético Gobierno de izquierdas

Si puede agarrarse a Bal, Cs no le perdonará la puñalada trapera de las elecciones anticipadas; si tiene que recurrir a Vox, Monasterio llevará a cabo los proyectos que en su día le negó el Gobierno de Ayuso-Aguado. Vox se dio mus en las elecciones de 2019 y prefirió se juez en lugar de parte. En esta ocasión las cosas no serán igual, supongo, y los de Santiago Abascal querrán algo más que una foto con más distancia de la social.

Un Gobierno en Madrid entre la derecha del PP y la extrema derecha de Vox dejaría a Pablo Casado a los pies de los caballos de cara a futuros pactos nacionales y pondría a los populares frente a una línea roja que buena parte de la sociedad española criticaría si se traspasa. Así, un trono con dos reinas le daría a Génova tremendos dolores de cabeza aunque permita ganar la partida de ajedrez. La cuenta atrás está en marcha.

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